No cabe duda de que el mar, esa vasta masa acuosa que abarca la mayor parte de nuestro planeta, es un mundo inexplorado que estamos lejísimos de conocer por completo. Por supuesto, eso incluye a sus habitantes, criaturas asombrosas que superan la ficción e incluso, nuestras pesadillas.
El hecho sucedió hacia fines del mes pasado en las aguas de la isla de Komodo, en Indonesia, cuando la buzo británica Penny Bielich tuvo un encuentro que marcaría su vida: ante ella estaba una de las criaturas más raras y esquivas (aunque para muchos, atemorizante) del océano.
Se trata del tiburón de boca ancha (Megachasma pelagios), especie descubierta hace tan sólo cuatro décadas, en 1976. Desde entonces, menos de 100 ejemplares han sido vistos, y Bielich fue una de las afortunadas, la número 64, para ser más exactos.
“¡Qué privilegio ver a esta magnífica criatura!”, escribió en sus redes sociales, donde compartió imágenes en fotos y videos que pudo captar del tiburón, cuyos avistamientos han aumentado en los últimos años.
Capaz de sumergirse hasta 150 metros en el agua, el tiburón de boca ancha también suele subir hasta a 12 metros de profundidad para alimentarse. A pesar de su apariencia amenazante, su dieta se basa en plancton, peces y crustáceos pequeños.
Tampoco son los nadadores más hábiles del océano y su cuerpo, que llega a los cinco metros de largo, no les brinda la movilidad de otras especies de tiburones. Sin embargo, estos increíbles animales son capaces de vivir hasta 100 años.