Cultura

Sábado, 31 de marzo del 2018

Sábado Santo: ¿Por qué este país lo celebra con batallas con agua?

Al mejor estilo de nuestros carnavales en febrero, este Sábado de Gloria es celebrado con globos, baldes y manguera en una tradición tan curiosa como antigua ¿Por qué?

Sábado Santo: ¿Por qué este país lo celebra con batallas con agua?

Al mejor estilo de nuestros carnavales en febrero, este Sábado de Gloria es celebrado con globos, baldes y manguera en una tradición tan curiosa como antigua ¿Por qué?




América Latina tiene una histórica herencia europea que hace que la Semana Santa se viva en toda la región con un fervor particular. Así también, cada país ha conservado sus propias costumbres y tradiciones que hacen de estas fechas un espectáculo. Este Sábado Santo no es la excepción.

Y es que mientras en nuestro país este Sábado de Gloria o Sábado Santo no se caracteriza por sus celebraciones, en países como México una curiosa costumbre se resiste a morir entre su pueblo: batallas campales con mangueras, baldes y globos llenos de agua ¿Por qué?

Esta práctica, que en el Perú recuerda más bien a los ‘carnavales’ de febrero, en el país azteca remonta sus orígenes al inicio mismo de la Iglesia Católica, cuando esta religión era considerada aún peligrosa para el Imperio Romano.

En aquella época, las personas acudían a bautizarse de forma colectiva el sábado previo a la resurrección. Sin embargo, dada la masiva concurrencia de personas, los sacerdotes prefirieron mojar a los feligreses en lugar de llevar a uno por uno a la pila bautismal.

Con el pasar de los años, entre los fieles se instauró la costumbre de librar batallas con agua para confirmar su bautismo, purificar sus espíritus y mostrar arrepentimiento por sus pecados. Dicha costumbre perduró a través de los siglos, pero sus orígenes fueron quedando olvidados.

También hay otras versiones que señalan que en otros tiempos bañarse durante Jueves y Viernes Santo se consideraba pecado, prohibición que era levantada el Sábado Santo. A modo de celebración, se solía mojar a cualquiera que pasara por la calle.

No obstante, esta tradición está extinguiéndose en México, pues para evitar el desperdicio del líquido vital las autoridades en el país han optado por imponer sanciones que pueden llegar a los 3000 pesos (unos 163 dólares) o 36 horas de arresto.

Ante ello, algunos más tradicionalistas optan por darse un chapuzón en fuentes públicas como la del Monumento a la Revolución.


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