Una caída en la bolsa allá por el año 1987, significó para David Glasheen, un magnate australiano, la pérdida de gran parte de su fortuna y también el fin de su matrimonio. A raíz de estos cambios en su vida, el antes hombre de negocios, hacia 1993, decidió seguir el ejemplo de Robinson Crusoe y se retiró a vivir a una isla, acompañado únicamente de su perro, Quasi.
El destino sería Restoration Island, una isla que se encuentra al noreste de Australia, en las proximidades de la Gran Barrera de Coral.
Sobre la experiencia, Glasheen nos dice que no ha sido fácil, pero le ha servido “para valorar lo que realmente importa: la verdad, la honestidad, el respeto ―las cosas simples”. “He aprendido que puedes hacer cosas con muy poco”, agregó.
Por desgracia, está a punto de ser desalojado de su paradisíaco hogar por la decisión de una corte australiana que podría obligarlo a salir de este edén. Cuando las autoridades le permitieron asentarse en la isla, Glasheen aseguró que su objetivo era levantar un resort turístico. El incumplimiento de esta promesa, llevó a la Suprema Corte de Queensland a determinar que la isla debe volver a quedar vacante.