Una hora después de que tres sujetos a bordo de un tren robaran a un sacerdote la mochila con un frasco que contenía sangre del difunto Papa Juan Pablo II, la Policía pudo recuperar la reliquia.
Según el testimonio del cura, cuando él bajó del tren en Civitavecchia se dio cuenta de que su mochila había desaparecido. Un hombre que viajaba a bordo del tren con otros dos lo había distraído al preguntarle por direcciones, antes de descender.
El religioso comenzó su viaje en Roma y se dirigía a un santuario al norte de la capital, donde se suponía que la reliquia iba a ser exhibida para los admiradores del pontífice polaco, quien murió en el 2005.
Lo hurtado fue encontrado en un puesto de juncos y hierba cerca de la estación de ferrocarril en la ciudad costera de Marina di Cerveteri, donde los hampones se habían bajado, según el oficial de la policía estatal de ferrocarriles, Domenico Ponziani.
La sangre estaba contenida en un pequeño frasco de vidrio insertado en un relicario en forma de un libro abierto con páginas doradas.
