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Martes, 29 de octubre del 2013

Novias virtuales desplazan al sexo en las preferencias de los japoneses

Gran polémica se ha extendido entre la población japonesa luego que medios de comunicación difundieran el fenómeno llamado Sekkusu shinai shokogun, traducido como “síndrome del celibato”.

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Gran polémica se ha extendido entre la población japonesa luego que medios de comunicación difundieran el fenómeno llamado Sekkusu shinai shokogun, traducido como “síndrome del celibato”.




Gran polémica se ha extendido entre la población de Japón luego que medios de comunicación revelaran el estudio llamado Sekkusu shinai shokogun, traducido como “síndrome del celibato”, que indica que los hombres y mujeres menores de 40 años están perdiendo el interés por las relaciones sexuales.

Tras los informes periodísticos, los nipones han visto descubiertos y desnudados sus nuevas preferencias, producto de la innovación tecnológica, ya que según este fenómeno el contacto sexual está siendo reemplazado por la pornografía en internet, las novias virtuales y las caricaturas anime.

Un reciente sondeo revela que un 46% de las mujeres entre 16 y 24 años no está interesada en el sexo, mientras que más del 25% de los varones respondió sentir lo mismo.

Gran grupo de los hombres admitieron que no pueden tener una novia de verdad porque no poseen el dinero ni las ganas suficientes para asumir una relación a largo plazo, por lo que han optado por “otro tipo de acompañante”, un poco más moderno.

Japón es uno de los países símbolos de la globalización y la economía capitalista, en donde el dinero que se gana se tiene que gastar en tecnología y comodidades, por lo que cortejar a una novia necesita de un nuevo presupuesto y más aún, si producto de las relaciones sexuales, se termina engendrando niños.

Se calcula que unos 13 millones de japoneses viven en casa de sus padres y al menos 3 millones de ellos tienen más de 35 años. Este grupo tienen aversión por el matrimonio y sus vidas se han vuelto dependientes de la cibernética.

En tanto, las japonesas se han vuelto independientes y ambiciosas, pero con tendencias conservadoras hacia el hogar y la familia. Ellas también ven el compromiso como una carga y hasta algunas consideran al sexo como un contacto físico repugnante. 


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