Pernille Ironside, jefe de la Oficina de Unicef en Gaza, señaló que “la ofensiva judía ha tenido un impacto catastrófico y trágico en los niños. Han muerto 392 menores y 2,502 han resultado heridos, decenas de ellos están graves y otros mutilados”.
Indicó que no hay electricidad y que no funcionan los sistemas de agua potable ni de saneamiento, por lo que el peligro de aparición de enfermedades transmisibles y de diarrea, que puede ser mortal para los menores de cinco años, es inminente.
"Hay que tener en cuenta el tamaño de la franja de Gaza, son 45 kilómetros de largo por entre 6 y 14 de ancho. No hay una sola familia que no haya sido directamente afectada por alguna pérdida", señaló Pernille Ironside.
"La destrucción es total. Han usado armamento horrible que provoca terribles amputaciones. Y esto ha pasado frente a los ojos de los niños, que han visto morir a sus amigos, a sus padres", dijo el funcionario de la Unicef.