El hecho ocurrió en la provincia noroccidenteal de Gansu, donde las autoridades capturaron a siete trabajadores del Instituto de Productos Biológicos de Lanzhou que obligaron a niños de escuelas locales a donar sangre.
La denuncia fue realizada por los padres que percataron que los menores padecían de debilidad. Los detenidos aseguraron que forzaron a los niños, debido a las presiones de la compañía donde trabajaban les exigía que encuentren más donantes de sangre.
Cabe señalar, que en China la donación de sangre es relativamente escasa, por creencias tradicionales según las cuales desprenderse de ella es malo para la salud.