La noticia de la captura de Abimael Guzmán, el mayor y más sanguinario líder terrorista que ha conocido nuestro país, no podía de ningún modo pasar desapercibida en nuestro país. Ese 12 de setiembre de 1992 se escribía un capítulo en nuestra historia. Fue llamada “La captura del siglo”.
Los medios de comunicación de Perú, que hasta ese momento se habían encargado de mostrar las imágenes de la carnicería y el dolor desatado por Guzmán y su organización, Sendero Luminoso, estuvieron a la altura y llevaron este trascendental acontecimiento hasta el último rincón del país.
El hecho tampoco pasó desapercibido en el mundo. Aunque el Perú estaba lejos de ser un país protagonista como el de hoy (ante el mundo su imagen era la de una nación sumida en el subdesarrollo, la miseria y la violencia), su relevancia lo hizo titular de grandes cadenas y agencias.
El canal del Estado, Televisión Española (TVE) calificaba a Guzmán como un “personaje escurridizo que en muy contadas ocasiones ha sido fotografiado o entrevistado”. “Pequeño de estatura y corpulento”. “Introvertido aunque dotado de indudable carisma y habilidad retórica”, describía.
James Brooke escribió para el New York Times: “En un magistral golpe a la insurrección guerrillera que ha paralizado a la mayoría del Perú y remecido a su gobierno, la policía ha capturado al líder del movimiento, Abimael guzmán Reynoso, después de una cacería humana de 12 años”.
“La captura del Sr. Guzmán la noche del sábado es vista como la más grande victoria de Perú en una guerra que ha costado 25 000 vidas y un estimado de 22 000 millones de dólares en daños”, contaba. Sin lugar a duda, un hecho que no quedará olvidado y debe persistir en nuestra memoria.