En medio de una serie de protestas que han tomado por asalto Nicaragua desde el miércoles, desde el país centroamericano ya se han confirmado tres muertos, según informes de la policía emitidos la noche del jueves ¿Qué es lo que está pasando?
Las manifestaciones se dan contra la reforma en el Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS) que aumenta la cuota patronal y laboral, creando una nueva cotización para los jubilados. Las nuevas tasas de aportes fueron anunciadas por el gobierno el lunes.
Según lo dispuesto, los empleados pasarán de aportar 6,25% al 7% de su salario; los empleadores, que pagaban 19%, ahora pagarán el 22,5% de los salarios de sus trabajadores. Por último, los jubilados tendrán que contribuir con el 5% de su pensión de retiro.
Según datos del Banco Central, las finanzas del seguro tienen un déficit desde hace varios años, por lo cual se tomó estas medidas para sanearlas. También se busca un cambio “correspondiente a las capacidades que tiene el instituto para pagar”, dice el presidente ejecutivo del INSS, Roberto López.
La decisión gubernamental no fue respaldada por la empresa privada al considerar que no garantiza una sostenibilidad a largo plazo de las finanzas del Seguro Social. Incluso después de autorizados los cambios el miércoles por el presidente Daniel Ortega, intentó revertirla con un recurso de amparo.
“Las amenazas que nos están implicando son más desempleo, más informalidad, menos consumo, menos competitividad y obviamente va a tener un impacto en el clima de negocios”, señalaba José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada.
En el rechazo se ha sumado una gran parte de la población nicaragüense en general, que se ha lanzado a las calles en manifestaciones que, por primera vez en más de 11 años de régimen de Ortega, se han extendido en forma masiva a diferentes puntos del país.
Aunque el mandatario no se ha prenunciado hasta el momento, la vicepresidenta Rosario Murillo ha salido a calificar a los protestantes de “tóxicos, malos hijos y gente mezquina”. También ha habido choques en las calles con simpatizantes del gobierno, lo que ha incrementado el nivel de violencia.
A ello se suma que varios canales de televisión que cubrían las protestas fueron sacados del aire el jueves. El director de Canal 100% Noticias, Miguel Mora, declaró que se le ha impuesto como condición para volver al aire el cierre de programas abiertamente críticos a la gestión de Ortega.
Mientras países vecinos como Costa Rica han llamado a Managua a reconsiderar su posición con la prensa, el gobierno ha respondido que sus políticas “no son competencia de la República de Costa Rica”. Los muertos confirmados fueron un policía, un activista sandinista y un presunto manifestante.
Además, se sabe de un joven que perdió un ojo por un disparo de bala de goma, mientras los opositores han denunciado que hay decenas de golpeados y heridos. Tanto la Iglesia como el empresariado y hasta la embajada de Estados Unidos han llamado a cesar la violencia.
Amnistía Internacional también se ha sumado a este pedido, demandando además que el régimen garantice los derechos de expresión y reunión sin represalias.
