Un grupo de investigadores españoles expertos en temas oncológicos han concluido que determinados niveles de metales y metaloides presentes en el cuerpo están relacionados con el riesgo de padecer cáncer de páncreas, mientras que concentraciones altas de selenio y níquel pueden actuar como protectores ante esta letal patología.
En un trabajo hecho con investigadores españoles, y norteamericanos, se han comparado los niveles en el cuerpo de 12 elementos (metales pesados, metaloides y minerales), en 118 pacientes con cáncer de páncreas, y 400 pacientes hospitalizados sin esta patología.
"Analizamos las concentraciones de estos elementos en las uñas de más de 500 personas, ya que esos niveles son indicadores fiables de lo que el cuerpo ha acumulado en el último año", explican Núria Malats, investigadora de dicho grupo.
"Los resultados de los análisis mostraron que los pacientes que tenían niveles más altos de plomo, tenían 6 veces más riesgo de padecer cáncer de páncreas, y que los pacientes con niveles más altos de arsénico y cadmio tenían entre 2 y 3 veces más riesgo de tener la enfermedad", ha confirmado Malats.
Sin embargo, el estudio también ha constatado que los individuos con niveles de níquel, y selenio altos tenían una probabilidad entre un 33% y un 95% menor de desarrollar un cáncer de páncreas que los que tenían niveles más bajos de estos elementos.
Los niveles altos de selenio se asocian a la protección contra determinados tipos de cáncer e investigaciones previas ya habían indicado que el selenio puede contrarrestar los efectos nocivos del cadmio, el arsénico y el plomo.
En los resultados del estudio se sustentan incluso después de tener en cuenta otros factores de riesgo del cáncer de páncreas, como el tabaquismo, la diabetes o el sobrepeso.
