Sin importarles que sus pequeños hijos lloraban, dos mujeres terminaron enfrentándose con golpes y patadas en el suelo, ante la mirada atenta de los pobladores que las alentaban, por la invasión del centro poblado de Pampa Grande. La discusión fue por un espacio de un predio.
Mayor indignación causó una mujer que amenazaba con un palo a quien acudiera a poner fin al pleito.