El hecho ocurrió en California. Un policía detuvo en una calle del municipio de La Quinta un vehículo donde Alejandro Natividad iba como pasajero. Este salió del auto junto con el conductor, pero luego el oficial les ordenó echarse en el suelo, algo que el hombre se negó a hacer, ya que estaba desarmado, no representaba amenaza y consideraba no haber cometido ningún delito.
Así se lo hizo saber en repetidas veces, pero el agente no sólo no lo escuchó, sino que le apuntó con su arma. En la grabación se escucha como el hombre dice que sabe que violó la ley, pero no es necesario que el oficial use su arma.
“No soy una amenaza, no tengo armas, estoy listo para rendirme, estoy asustado. Conozco mis derechos y me estás apuntando con un arma. No me voy a arrodillar, me rehúso a hacerlo, este no es un estado policial”.
“Hay un hombre detrás de esa insignia, actúa como un hombre”, le exhorta al agente el autor de la grabación. “Es de cobardes apuntarme con una pistola, estoy indefenso”. En un momento llega a la escena otro policía y sin mediar palabra, saca su arma y también apunta.
El hombre rompe en sollozos, pero no deja de hablar: “Serví en el Ejército de los Estados Unidos, estoy asustado y ahora hay dos pistolas apuntándome por nada”. “El Señor los rechaza, por haberles dado ese poder con el que abusan”, dice.
Según declaró luego Natividad al proyecto Free Thought ('pensamiento libre'), en algún momento recordó la máxima del revolucionario mexicano Emiliano Zapata: "Mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado".
Pese al temor, la víctima de acoso policial no olvidó conectar la cámara del móvil. A eso se deben cuatro minutos del impactante vídeo.
